Frente a estas situaciones generadoras de ansiedad, que son inevitables y que siempre estarán en nuestra vida, se aconseja:
- Dedicar unos minutos diarios para tranquilizarse.
- Relajarse por medio de ejercicios, de respiración suave y profunda.
- Apretar suavemente los músculos y luego aflojarlos al ritmo de la respiración. Así se evitan fuertes tensiones musculares.
- Cambiar pensamientos negativos por otros que den ánimo y fuerza para enfrentar una situación difícil.
- Ser consciente de las limitaciones, pero sin pensar que va a fracasar, ayuda a reducir el miedo a la hora de enfrentar una situación totalmente incierta.
- Evitar anticiparse a situaciones que aun no han ocurrido, especialmente si éstas disparan la ansiedad.
Todos estos cambios se logran con un poco de confianza en nosotros mismos y con el reconocimiento de que todos los seres humanos sentimos miedo y ansiedad alguna vez en la vida, y que no importa la situación o lo grave que parezca siempre la podremos afrontar exitosamente.
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